Memorizar líneas de AlphaZero: ¿el camino del éxito en ajedrez?

 El Torneo de Candidatos de 2020, que tiene como premio disputarle el Campeonato Mundial al número uno del mundo Magnus Carlsen, está llegando a su ecuador. El líder indiscutible del mismo es el ruso Ian Niepomniachtchi, con +3 (tres tablas y tres victorias). Fijémonos en una partida del propio Niepo, en su victoria ante el número tres mundial Ding Liren. El ruso llega a su jugada 30 habiendo consumido menos de diez minutos de su reloj. ¿Cómo puede suceder esto, si los jugadores tienen 100 minutos para sus primeras 40 jugadas? Pues bien, el ruso había preparado exhaustivamente las líneas que se dieron en la partida con ayuda de sus entrenadores y sus supercomputadoras, y estaba jugando de memoria. El chino abandonó en la jugada 40.

 Esta situación últimamente es una constante en los torneos de élite. La influencia de AlphaZero, la mejor computadora en ajedrez, ha sido mayúscula. Los jugadores invierten gran parte de su tiempo en “memorietizar” (término que viene a significar memorizar, pero en sentido despectivo) líneas propuestas por su amigo inhumano. Otro ejemplo, vamos a la partida de Caruana contra Ding, jugada en la 3ª ronda. Caruana, que lleva las piezas negras, introduce una novedad a priori absurda para un humano.

 Llegado a esta posición, Caruana realiza la jugada e5, dando un peón. El italoamericano ha analizado con AlphaZero esta posición durante muchas horas y ha llegado a la conclusión de que, aunque objetivamente no sea la mejor jugada, su rival debe calcular líneas complejas sobre el tablero, trabajo que él lleva hecho de casa. Finalmente, esta apuesta tan arriesgada no le sale bien y acaba perdiendo.

 Como hemos visto, la preparación casera está marcando fuertemente las partidas de los mejores del mundo. El ajedrez es un juego en el que dos humanos, con sus miedos y sus ganas de vencer, mantienen una disputa que se puede alargar varias horas, y este pierde gran parte de su esencia cuando los jugadores mueven a toda velocidad reproduciendo ideas de sus supercomputadoras. Me niego a ver partidas de AlphaZero contra AlphaZero durante las primeras 25 jugadas.

 Por eso, quizás ya sea hora de considerar cambiar la modalidad de juego en el ciclo por el campeonato mundial. Una buena opción sería el ajedrez 960, una variante del ajedrez en la que la posición inicial de las piezas de la primera fila de cada jugador es aleatoria (con alguna restricción) e igual para cada bando.

 Una de las posibles posiciones iniciales en el Ajedrez 960

 Esta modalidad ya ha sido empleada en algunos torneos de élite, con muy buena aceptación. Aquí, la preparación casera se reduciría al mínimo, ya que en la práctica es imposible analizar con profundidad cada una de las posiciones iniciales. Imaginen: los jugadores conocerían la posición poco antes de empezar la ronda y se les dejaría un tiempo para analizar ellos solos los entresijos de la posición. Con esta variante del ajedrez nos aseguraríamos de que el que salga campeón no sea el mejor “memorietizador”, sino el mejor jugador de ajedrez.