Desde el siglo XII, poemas épicos, sagas y canciones de gesta se propagan de norte a sur por la Europa feudal. Sus autores ensalzan las cualidades bélicas, la fuerza, el aguante y el valor, la brutalidad y la insensibilidad de los nobles caballeros mientras se entusiasmaban por el ajedrez, que exige concentración, rigor mental y capacidad de cálculo.

Cuando no se dedican a guerrear, los señores viven retirados y ociosos en sus castillos, rodeados de criados que se ocupan de las tareas cotidianas y los liberan de gran parte de sus obligaciones. Su pasatiempo favorito era la caza, pero en las largas veladas de invierno son interminables, se entretenían con los menestrales, juglares de paso o poetas ambulantes, y todos ellos sabían jugar al ajedrez, por lo que era un gran entretenimiento entre los nobles.

Poco a poco, las costumbres evolucionan y el ajedrez va apartando a los juegos de dados como el chaquete. Muchas mujeres campesinas empiezan a practicar el ajedrez. Los caballeros de fortuna, los mercenarios y los burgueses de las ciudades y la gente del campo se reunían para jugar a los dados y al ajedrez. Excepto en Alemania, donde el juego sigue siendo patrimonio exclusivo de los nobles.

La sorprendente rapidez con que se propaga el juego por Europa hace aparecer numerosos manuales y tratados. Los manuscritos en latín son, traducciones del árabe, con algunas modificaciones de los estudioso de la época. El admirable códice de Alfonso X El Sabio (1283) es una obra ilustrada con diez miniaturas, que se conserva en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en la que podemos ver más de la mitad de la obra dedicada al ajedrez y el resto a diferentes juegos de mesa. Incluye las descripciones de 103 partidas, acompañadas con diagramas explicativos.

A la literatura lombarda de la Edad Media pertenecen dos manuscritos latinos conocidos por Banus Socius y Civis Bononiae. En ellos también vemos diagramas de ajedrez. Entre el siglo XII y el XV, los jugadores lombardos alcanzan una excepcional reputación. Los mejores campeones de la época van a su encuentro, y ellos también se desplazan. Así, llegan a la necesidad de fijar unas reglas comunes.

Los italianos incluyen la promoción del peón. La decisión del universitario lombardo Cynus de Pistola (1310), según la cual el peón promocionado sigue siendo peón, pero funciona como dama. Pero las reglas siguen siendo oscuras, y los métodos del juego no progresan. Pero hasta el siglo XV los maestros árabes de España no empiezan a estudiar las aperturas.

Los siglos XV y XVI Italia inicia una renovación de las letras, las artes y las ciencias. Las ciudades impulsan las actividades intelectuales y artísticas. El afán de belleza abarca todos los ámbitos: iglesias, viviendas, joyas, telas, etc. El ajedrez se beneficia con esta evolución en las costumbres. El ajedrez como juego de reflexión y de abstracción se convierte, en el noble juego, ya que, reyes, papas y señores organizan torneos e invitan a jugadores famosos, como el italiano Leonardo da Cutri, o el español Ruy López a los que les pagan los viajes, una lujosa hospitalidad y les dan cuantiosas recompensas.

El papa León X (1475-1521); encarga escritos y fomenta la aparición de libros por creciente interés de los aficionados por lo que favorece su difusión por todas las cortes europeas.

La invención de la imprenta (1440) y del grabado facilita mucho la difusión de las obras, por lo que ya no es exclusivo de una clase social. Hombres y mujeres apasionados por el ajedrez esperaban impacientes la aparición de libros que precisen el juego y pongan un mayor rigor en las reglas. Los libros circulan y los jugadores se desplazan de país en país para disputar torneos.

Los jugadores elaboran tratados intentando unificar las reglas pero esto no ocurre hasta 1929. En 1497, Lucena, un estudiante de la Universidad de Salamanca, publica la obra, Repetición de Amores e Arte de Axedres, en la que, tras tratar detenidamente sobre el tema del amor, aborda el ajedrez y compara el Juego Antiguo con el Nuevo. Enuncia reglas, introduce la regla de pieza tocada, pieza jugada, precisa los movimientos de las piezas, describe 11 aperturas, 150 problemas y posiciones, entre ellas, su posición más conocida, la posición de Lucena. Lo que convierte a este libro en la primera obra teórica sobre el ajedrez.

En 1512 se publica un pequeño opúsculo, del boticario portugués Damiano, en el cuál aparecen algunos consejos elementales sobre el ajedrez. Étienne Pasquier (1529-1615), abogado general en la Cámara de cuencas y autor de la obra Recherches de la France, editada en 1560, donde describe el enroque.

En 1561 el clerigo español Ruy López escribe el libro analítico, Tratado sobre la invención y el arte liberal del ajedrez, considerado por esto el fundador de la teoría moderna del ajedrez.

En esta obra se analizan las aperturas y los problemas planteados por las diferentes posiciones. En este libro se menciona la apertura más usada por Ruy López y una de las más usadas en la historia moderna del ajedrez, la apertura española o Ruy López. Respaldado por Felipe II, López recibe invitaciones de varios países europeos y se gana la reputación de mejor jugador de su tiempo.

Hacia 1560 Italia tenía una supremacía en ajedrez, ya que los considerados mejores jugadores eran italianos, Ruy López, aprovecha un viaje a Roma para enfrentarse con un joven calabrés estudiante de Derecho, Leonardo da Cutri, considerado el mejor jugador de la época. López gana la partida y Leonardo se traslada a Nápoles para perfeccionar su juego.

Leonardo desafía a un jefe sarraceno a jugar al ajedrez, para liberar a su hermano que ha sido capturado en batalla,. Tras ganar la partida el jefe sarraceno cumpoliendo su palabra libera al hermano. Poco después, Leonardo se dirige a Madrid para jugar untorneo con los dos mejores jugadores españoles del momento. En presencia del rey, Leonardo vence a los dos jugadores, Ruy López y Alfonso Zerone. Felipe II lo recompensa con 1000 escudos de oro, joyas y pieles. Entre 1566 y 1572, otro gran jugador italiano, Boi, realiza una gira por Italia que le proporciona fama y dinero. Se instala en la corte española entre 1572 y 1574, donde vence a López y a Zerone; por lo que el rey le concede una renta anual de 500 coronas. Los dos italianos se dirigen a la corte del rey Sebastián de Portugal, también aficionado al ajedrez. Tras visitar diversos palacios, Leonardo se instala en la corte del duque de Bisignano y muere asesinado en 1585.

Paolo Boi es hecho prisionero por piratas berberiscos a su vuelta a España, aunque gana su libertad jugando al ajedrez y se instala en el palacio del duque de Urbino, que le concede una renta anual de 300 escudos de oro, por enseñarle ajedrez. Tras una corta estancia en Sicilia. En 1598 regresa a Nápoles y allí es derrotado por Alessandro Salvia. Tres días más tarde, muere sin que se sepa si se suicidó porque no pudo soportar la derrota o si fue asesinado.

En 1600, nace en Calabria, Gioacchino Greco, hijo de una familia pobre, que se convertirá en el más brillante jugador de su tiempo. Autodidacta, aprende a jugar al ajedrez leyendo los libros de Ruy Lépez y de Alessandro Salvia. Se traslada a Roma, donde escribe una obra sobre ajedrez, por encargo de los prelados, que se imprimirá por primera vez en 1619. En 1621 va a ver al duque de Lorraine en Nancy, al cual dedica una copia de su libro Primo Modo del gioco de partida. Se traslada a París donde amasa una pequeña fortuna jugando al ajedrez. En 1622 pasa a Inglaterra, donde juega y gana a los mejores jugadores ingleses, como sír Francis Godolphin y Nicholas Mounstephen. De vuelta a París en 1624, Greco pasa dos años jugando y escribiendo para los nobles franceses. Luego se dirige a Madrid, a la corte de Felipe IV; donde nadie consigue derrotarlo. Alrededor de 1630 acompaña a un noble español a las Antillas, y donde muere hacia 1634.

Junto con Greco, Leonardo da Cutri y Paolo Boí están considerados como los más brillantes jugadores italianos de su tiempo.

En el siglo XVII florece una abundante literatura sobre el ajedrez y grandes jugadores profesionales pese a los desórdenes generados por la guerra de los Treinta Años, de 1618 a 1648, por las disputas religiosas entre católicos y protestantes.

El auge del juego en Alemania viene dado por los mercaderes daneses, suecos, alemanes que juegan durante las grandes ferias, y registran ante notario la situación de la partida para poder continuarla en la siguiente feria. Por lo que la expansión del juego continúa.

Numerosos tableros fabricados hacia 1600 atestiguan la popularidad del juego en Alemania. En 1616, Augusto, duque de Brunswick-Luneburg, publica en Leipzig, bajo el seudónimo de Selenus, una voluminosa obra sobre ajedrez ilustrada con grabados de Jacob Van der Heyden, en la cual incluye una traducción de la versión italiana de Ruy López y añade anotaciones de partidas y echos históricos.

En Inglaterra el interés de los Tudor y de los negociantes ingleses por el ajedrez se acrecenta gracias a los intercambios comerciales con Rusia, durante el siglo XVI. En 1611, Shakespeare estrena en Londres su comedia La tempestad. En el acto V, escena 1, son sorprendidos por Próspero, mientras juegan al ajedrez, Miranda y Fernando, los dos enamorados que la protagonizan. Thomas Hyde (1634-1702), orientalista y profesor universitario, gran conocedor de la literatura árabe estableció el origen indio del ajedrez en 1694. En 1624, una obra de teatro satiriza, sobre un tablero gigante, la batalla entre los ingleses (los blancos) y sus enemigos los españoles (los negros).

En Italia, en 1604 Alessandro Salvia publica un tratado dedicado di Cutri, en 1612 y 1634 publica varios tratados teóricos. En 1617, Polerío escribe el Tratado del ajedrez, que contiene el primer estudio del gambito de rey. Pierre Carrera (1571-1647), gran jugador, escribe dos obras en 1617 y 1634, en las que recopila las teorías de sus predecesores y da consejos para jugar a ciegas. En la segunda mitad del siglo XVII, los jugadores italianos se oponen a las reglas francesas, adoptadas en casi toda Europa, a principios del siglo siguiente se rinden a las normas aplicadas en el resto de Europa.

Es en este siglo cuando, en Francia e Inglaterra se empieza a conocer a los grandes jugadores como maestros modernos. Dominan el mundo del ajedrez, donde se juega en los cafés. En París, en el Procope o en el café de la Régence, que es el principal club. En Londres, el más frecuentado es el Slaughter’s Coffee House. El joven francés Philidor y el sirio Felipe Stamma, se dan cita en estos locales.

Mientras Philidor establece en francia los Fundamentos de su Análisis (publicado en 1749), El sacerdote Domenico Lorenzo Ponziani, Domenico Ercole del Río y Giambattista Lolli originarios de la ciudad italiana de Módena encumbran un estilo agresivo e impaciente. Cuando estos defensores del ataque relámpago publican sus obras, desconocen la revolución phílidoríana que ha estallado en Francia e Inglaterra. El padre Ponziani, sacerdote y jurista, profesor de derecho civil en la universidad, publica en 1769 un tratado teórico en el que analiza aperturas y finales. El jurista Ercole del Río escribe en 1750 el Anónimo de Módena. En 1763, Lolli lo analiza y reescribe en una enciclopedia de 632 páginas, se publica en Bolonia. Al mismo tiempo, llega a Módena El Análisis del juego del ajedrez de Francois André Danican, Philidor.

Si quieres aprender más sobre el ajedrez pincha en los siguientes enlaces:

  1. Nacimiento del ajedrez
  2. Evolución del juego
  3. Viaje del ajedrez por el mundo